martes, 5 de agosto de 2008

CRONICA DE UN VIAJE AL MUNDIAL

Al cumplirse 2 años y ante la insistencia de mis compañeros y amigos del cuarteto de dominó, a partir de hoy aparecerá en partes la reseña de un viaje inolvidable que por increíble que parezca fué un parteaguas en la vida del grupo de viajeros. La idea original de escribirlo y la narración en primera persona fué de Gustavo Ramírez Luquín (mejor conocido como el Negrito) y la edición y los complementos estuvieron a cargo de un servidor. Espero sea de su agrado.


CRONICA DE UN VIAJE INOLVIDABLE


Todo comenzó un día a principios del 2003, en el que en medio de una de esas sabrosas sesiones que venimos teniendo semana a semana alrededor de una década (qué rápido pasa el tiempo), en la que saboreando un caballito de tequila y en medio del resonar de los fichazos, dicharachos y una que otra anécdota y albur, mencioné como una idea de esas que surgen entre proyecto y ‘sueño guajiro’ la posibilidad de ir a la Copa del Mundo de Alemania en el 2006.


Inmediatamente el ‘Chavito’ me secundó y planteó la necesidad de hacer un plan para lograr el naciente objetivo. La ‘Parquita’ en su calidad de MASTER del sueño guajiro, también se entusiasmó, (sin sospechar siquiera todas las penurias que hubo que pasar para verse a bordo del avión.) El ‘Coyo’ nos vió con ojos de incredulidad pensando para sus adentros que se trataba de un ‘sueño imposible’. Había básicamente 3 obstáculos con principales que librar: Conseguir los Billetes, Conseguir las ‘Visas’ (y no precisamente las de los Consulados) y dejar organizado nuestros respectivos trabajos para poder ausentarnos por casi 3 semanas.

El plan de ahorro estuvo perfectamente diseñado a grado tal que contemplaba un viaje relativamente holgado en cuanto a no pasar privaciones y concedernos uno que otro ‘lujillo’. El caso es que un buen día el “Coyo”, la “Parka”, el “Negrito” y el “Chavito” empezamos ahorrando $300.00 semanales. De inmediato surgieron los candidatos idóneos para los dos puestos fundamentales en dicha tarea; el “Chavito” fue tesorero (“cobrador”) y el “Negrito” se autodenominó encargado de la logística (o sea “guía”); quedando para el “Coyo” y para la “Parka” las no menos importantes funciones de amenizador y patiño respectivamente.

En principio había que ahorrar sin objetivo claro a la vista, es decir, no sabíamos siquiera si México iba a calificar o no, tampoco sabíamos que países visitaríamos además de Alemania, y aunque es difícil caminar cuando no se sabe hacia adonde va uno, comenzamos la tarea de planear el viaje.

Con el paso del tiempo unos se atrasaban con el plan, otros veían ‘esfumarse’ sus ahorros por instrucciones del “alto mando”, sin embargo el objetivo final era inamovible:

IBAMOS DIRECTOS A LA COPA DEL MUNDO¡¡¡.


En esos más o menos 3 años que duraron el ahorro y la planeación-ilusión del viaje recuerdo algunas acaloradas discusiones del Coyo contra los otros 3, sobre si la parte central del viaje era el futbol y la asistencia a los estadios; o lo era el viaje en sí mismo, en donde se cuestionaba filosóficamente la importancia del futbol en comparación con otros deportes y que incluso llegó a ubicar a éste como “deporte en decadencia”, cosa que los otros 3 casi consideramos como un sacrilegio.

Finalmente aunque el aliciente de los partidos y su entorno era motivación suficiente, llegamos a la conclusión general de que lo más importante era que íbamos a tener una experiencia única tal vez irrepetible y que la convivencia de los 4 en esas circunstancias garantizaba diversión total, eso sin contar el conocer o reconocer el viejo mundo (los viajes ilustran).

El dominó era la música de fondo? O el ahorro y el mundial eran el colofón de una amistad naciente para alguno pero añeja para los otros? No lo sé, pero fué una experiencia muy agradable, imborrable para todos y cada uno de nosotros.

Cuando los ahorros empezaron a ser “cuantiosos”, el tesorero se dio a la tarea de cambiar por divisas en las que íbamos a gastar y además religiosamente nos entregaba estados de cuenta los cuales apuesto que, salvo el que los hizo y el que esto escribe, nadie más los archivó por más de 10 minutos, o sea, dicho más simple, los estados de cuenta se convirtieron ipsofacto en bases para las bebidas de la noche o para apuntar los resultados de nuestras tan disfrutadas partidas de dominó.

En diciembre de 2005 se llevó a cabo el sorteo de grupos del mundial y por fin se pudo definir más claramente el itinerario y aunque hubo intentos sumamente guajiros de alargar en días y en distancias el viaje, al final la cordura reinó y cancelamos Ibiza, (la parca se entusiasmó con este destino después de ver un programa de ‘Wild on’ en E Entertainment), Roma, Grecia, Tokio y algunos otros destinos que “no nos quedaban de paso”.
Lo que nos dio seguridad de que nuestro itinerario estaba bien estructurado fué que posteriormente descubrimos que había itinerarios de agencias de viajes casi idénticos al que habíamos diseñado.

Lo de conseguir los boletos para los partidos fue una verdadera odisea a cargo del Chavito, quien tuvo que lidiar con un tortuoso sistema de venta por Internet donde en ocasiones había que madrugar a las 4 de la mañana para forcejear con un saturadísimo sistema. Se estima que por cada boleto en venta había en algunos casos de 8 a 10 tiradores en todo el mundo. (De haber sabido las penalidades que pasó, la Parca y el Coyo lo habrían pensado 2 veces antes de convertirse en traficantes.)

La fecha se acercaba y cada quién se fue haciendo de recursos como pudo, unos ahorrando, otros adelantando memorias, algunos pidiendo prestado, pensando en qué vender o haciendo trueques, pidiendo adelantos de la herencia, etc., pero el objetivo, cada vez más cercano, nos motivaba a todos. También se fueron adquiriendo ropitas, (entre ellas unas camisetas personalizadas conmemorativas, cortesía del Chavito), equipajes (en mi caso vastos) y accesorios para el viaje.

El viaje vivió para algunos, momentos de: “Houston We got a problem” (¡ se aborta la misión ¡), pero afortunadamente entre todos nos apoyamos y el día 10 de junio llegamos al aeropuerto de Guadalajara cada uno con sus “vibras” al nivel que su emotividad le permitía, el nervio y la emoción se veían a leguas, al fin nos habíamos presentado al día “D”,

¡!!!! lístos para lo que viniera por delante ¡¡¡¡¡.

Continuará...