La primera baja se presentó cuando la “Parka” detectó que había olvidado una chamarrita (que sospechamos birló a un indigente) en una banda del aeropuerto cosa que no mermó en su ánimo ya que tenía la esperanza que al regresar iba a recuperarla en el área de objetos perdidos, (cosa que finalmente no sucedió, porque olvidó ir a buscarla, o porque hizo feliz a algún otro indigente.)
La escala en Dallas, nos permitió confirmar las bondades y grandes defectos del sistema norteamericano.
La escala en Dallas, nos permitió confirmar las bondades y grandes defectos del sistema norteamericano.
Realmente estar en Estados Unidos es una experiencia contrastante y sé que no descubro el hilo negro al mencionarlo. Todo en USA es grande, diferente, impresionante, limpio (bueno, todo lo que a un turista promedio le toca ver), sin embargo el establishment lo echa a perder todo, la prepotencia, el excesivo apego a sus normas, el desprecio hacia las otrora minorías que poco a poco se están convirtiendo en mayorías, el odio que se han ido ganando a pulso a través de la historia hace que en muchas ocasiones lo bueno pase a segundo término y hace que algunos turistas sintamos ‘impotencia ante su prepotencia’.
Lo bueno fue, que dentro del aeropuerto nos reunimos en una misma sala de espera, después dentro del avión y finalmente dentro de una misma causa, un nutrido grupo de mexicanos que no pensábamos dejar que esa “minoría gringa” nos echara a perder el viaje por simples 18 horas de retraso en el vuelo.
Resulta que estando en Dallas y ya prácticamente “trepados” en el avión con destino a Frankfurt, nos avisaron que tendríamos que bajar y pasar la noche en un Hotel del Aeropuerto debido a que (versión oficial) un burro conductor de una pipa de abastecimiento de combustible dañó accidentalmente la nave (Otra versión extraoficial dice que unos japoneses dieron lana para usar nuestro avión), el caso es que después de gritos y sombrerazos nos mandaron con un tambache de vales para comida en el hotel, a cenar y a dormir calientitos, (por unas cuantas horas) eso sí en habitaciones individuales de lujo.
Ese pequeño retraso ocasionó que nos perdiéramos el juego en el que México ganó su único partido y en el que el ídolo chiva Omar Bravo clavó sus dos pepinos del mundial. Sin embargo también permitió que cerca de 100 mexicanos “tomáramos” por asalto el avión que nos llevó de Dallas a Frankfurt y que según consta en las fotos de nuestro álbum, hiciéramos a manera de premio de consolación una fiesta latina sin alcohol de por medio (bueno, al menos no mucho).
Llegamos en la noche del día 11 (12?) a Frankfurt y después de notar una real diferencia en todos sentidos entre las cosas y las gentes gringas y alemanas. El personal de migración, fue el primero en hacernos notar que para los alemanes la frase del mundial era cierta;
!!! TIEMPO PARA HACER AMIGOS¡¡¡
(Continuará...)
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